Director de la revista Enfoque del Café y CEO de la Fundación Periodismo con Propósito
Montañas de Estados Unidos |
Estados Unidos es uno de los gigantes del turismo mundial. En 2024 recibió más de 77,5 millones de visitantes internacionales y el gasto turístico superó los $1,3 billones solo en viajes domésticos. Pero más allá de las cifras de impacto económico — que representan más del 9% del PIB nacional cuando se incluye toda la cadena de valor según el WTTC (World Travel & Tourism Council)—, emerge un cuestionamiento urgente: ¿es este crecimiento sostenible? ¿Puede Estados Unidos convertirse en un referente global en turismo responsable?
En este
artículo, concebido desde la visión del modelo de Periodismo con Propósito que
lideramos en la Fundación, abordamos esta interrogante integrando datos
actuales, políticas públicas, casos ejemplares y definiciones clave emitidas
por organizaciones internacionales como la OMT (Organización Mundial del
Turismo), el Consejo Global de Turismo Sostenible (GSTC), el WTTC y la OCDE.
¿Qué es el
turismo sostenible según los referentes internacionales?
La Organización Mundial del Turismo define el turismo sostenible como “el que atiende plenamente a las repercusiones económicas, sociales y medioambientales actuales y futuras, satisfaciendo las necesidades de los visitantes, de la industria, del medioambiente y de las comunidades anfitrionas”. El Consejo Global de Turismo Sostenible (GSTC), que establece los estándares internacionales reconocidos para la certificación de destinos y empresas, enfatiza principios como la planificación de largo plazo, la equidad económica, la conservación del patrimonio natural y cultural, y la gestión de impactos.
Por su parte, el WTTC —que representa al sector privado— estimó en 2024 que el turismo generó un récord de $11,1 billones de dólares al PIB global, equivalente al 10% de la economía mundial, superando incluso los niveles prepandemia. El sector respaldó 348 millones de empleos, 13,6 millones más que en 2019. Estados Unidos fue uno de los países con mayor contribución al crecimiento, junto a Alemania.
La OCDE, por
su parte, sostiene que una transición justa hacia un turismo verde requiere
coordinación multinivel, innovación y alineación con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS).
Resumen 2024
El turismo
estadounidense en 2024 confirmó su recuperación y su relevancia como motor
económico. El gasto directo alcanzó $1,3 billones, y el impacto total sobre la
economía superó los $2,5 billones. (9% del PIB nacional) A nivel de empleo,
generó más de 18 millones de trabajos directos e indirectos, equivalente a 1 de
cada 9 empleos en el país. En cuanto a exportaciones, el turismo representó
cerca del 7% de las exportaciones totales de servicios.
En contraste, países como el Reino Unido enfrentaron una caída en ingresos turísticos debido a políticas poco amigables: aumento de impuestos aéreos, restricciones a compras libres de impuestos y subida de tarifas de visado electrónico (ETA).
Este
contraste resalta la importancia de políticas coherentes y sostenibles. En EE.
UU., el marco estratégico federal, las iniciativas locales y el liderazgo del
sector privado parecen estar mejor alineados.
A nivel
internacional, EE. UU. recibió 66,5 millones de turistas en 2023, y 77.5
millones en el 2024 alcanzando el 84% de los niveles de 2019. Mientras tanto,
el turismo doméstico marcó un récord con $1,37 billones en gasto, superando en
9% su pico prepandemia. Esta recuperación contrastó con países como el Reino
Unido, donde políticas restrictivas afectaron la competitividad turística.
El evento IPW 2024, celebrado en Los Ángeles, reafirmó el liderazgo estadounidense como mercado receptivo. Participaron más de 5.700 delegados de 60 países, generando acuerdos por $5.500 millones en viajes futuros. El encuentro también destacó la sostenibilidad como eje estratégico, con seminarios sobre turismo regenerativo, innovación digital y acción climática. La feria integró actividades de impacto social como voluntariados, evidenciando un enfoque más consciente del turismo de negocios.
Ipw 2024 |
La U.S. Travel Association ha reforzado su liderazgo mediante la creación de la Sustainable Travel Coalition, que alinea a más de 60 actores del sector en torno a metas ambientales y sociales. Entre sus ejes estratégicos están la promoción de combustibles sostenibles, la electrificación de la movilidad turística, la descentralización de destinos y el impulso de normativas más verdes.
En suma, Estados Unidos no solo se posiciona como líder turístico global por su volumen, sino también por su creciente compromiso con la sostenibilidad, la resiliencia y la equidad territorial. El reto sigue siendo articular esfuerzos fragmentados en un modelo integral que garantice beneficios a largo plazo para el medioambiente, las economías locales y los viajeros del mundo.
La estrategia federal: sostenibilidad como prioridad nacional
La Estrategia
Nacional de Viajes y Turismo publicada en 2022 sentó las bases para un
crecimiento más inteligente. Su cuarto pilar: "fomentar un turismo
resiliente y sostenible". Esto incluye reducir emisiones, descentralizar
flujos, establecer estándares verdes y fortalecer comunidades locales. Aunque
la gestión es descentralizada, el impulso federal ha sido clave para alinear
prioridades y fomentar un marco común de acción para estados y ciudades.
Uno de los
elementos clave de esta estrategia es el desarrollo de herramientas de
certificación y etiquetado de destinos y operadores que cumplan con criterios
de sostenibilidad. Esta medida, alineada con estándares del Consejo Global de
Turismo Sostenible (GSTC), está permitiendo que tanto turistas como empresas
puedan identificar y preferir opciones responsables.
Modelos
locales inspiradores
Hawái implementó
el programa Mālama Hawaiʻi, que involucra a turistas en actividades de
restauración ecológica y cultural. En 2024, el estado legisló una "tasa
verde" de $25 por visitante para conservar arrecifes y enfrentar la crisis
climática. Además, se aplican sistemas de reservación en zonas de alto valor
ecológico para evitar el exceso de visitantes y permitir la regeneración del
entorno.
Hawai |
Colorado lidera con su campaña Care for Colorado, enseñando al visitante a proteger el entorno con principios como "no dejes rastro". Vail fue el primer destino en EE. UU. certificado por el GSTC. Asimismo, en zonas como el Parque Nacional Rocky Mountain, se han instalado estaciones de carga para autos eléctricos y rutas de acceso vehicular limitadas por temporada.
Montañas de Colorado |
Vermont promueve el agroturismo regenerativo, conectando al visitante con granjas ecológicas y comunidades locales comprometidas con la naturaleza y la cultura. Las actividades de farm stays y la educación ambiental forman parte del paquete de experiencias sostenibles, que además dinamizan economías locales y preservan paisajes culturales.
Vermont |
California desarrolló su Plan Estatal de Turismo Sostenible, enfocándose en movilidad limpia, hotelería verde y educación al viajero. Programas como Napa Green certifican la sostenibilidad vitivinícola. Parques nacionales como Yosemite y Sequoia han implementado reservas obligatorias y sistemas de transporte colectivo para mitigar la presión ambiental.
Florida ha invertido en resiliencia costera, consciente de que sus playas –atractivo principal– deben adaptarse al aumento del nivel del mar; los ingresos turísticos se están destinando a restaurar dunas y humedales costeros.
Sur de la Florida |
Nueva York lanzó
iniciativas de agro-turismo en el norte del estado para diversificar la oferta
más allá de la ciudad y distribuir mejor los beneficios
Illinois y otros promocionan rutas de turismo cultural e histórico que ponen en valor el patrimonio local (música, gastronomía, historia afroamericana, etc.) de forma sostenible.
Una de las
claves de las políticas exitosas es involucrar a la comunidad local. Cuando los
residentes sienten que el turismo mejora su calidad de vida (trae empleos
dignos, refuerza la identidad cultural, financia la conservación de su
entorno), se convierten en los más firmes aliados de un turismo responsable.
Atardecer en Illinois |
Esto ha sido evidente en lugares como Sedona, Arizona, donde se creó un consejo de gestión turística sostenible con participación de vecinos, o en Jackson Hole, Wyoming, donde la economía turística se ha ligado a la protección de su extraordinaria fauna (alces, bisontes, lobos) mediante fondos destinados a conservación. En tales casos, el turismo deja de ser visto con recelo y pasa a ser motivo de orgullo local.
San Francisco o Santa Mónica impulsan la movilidad limpia (flotas de autobuses eléctricos, extensas ciclovías), hoteles que ostentan certificaciones LEED de construcción verde salpican todo el estado
Playas de Santa Mónica |
También podríamos citar la protección de sitios sagrados nativo-americanos integrando turismo cultural respetuoso en Arizona y Nuevo México, los esfuerzos de turismo de conservación en Parques Nacionales como Yellowstone (primer parque nacional del mundo, creado en 1872, o los programas de turismo científico en torno a la observación de estrellas en parques internacionales oscuros (Dark Sky Parks) en estados como Utah. Cada iniciativa local suma piezas a un modelo emergente de turismo sostenible a la americana.
Parque Yellowstone |
Estos ejemplos son solo una muestra de un mosaico nacional de esfuerzos descentralizados pero convergentes hacia una visión común: consolidar un modelo turístico que cuide los recursos, respete las culturas y beneficie a todos.
Estados Unidos, ¿referente del siglo XXI?
Los elementos
están sobre la mesa: políticas, ejemplos, innovación, voluntad. A ello se suma
un contexto global donde Estados Unidos ha demostrado capacidad de recuperación
y liderazgo, aportando una parte significativa del crecimiento turístico
mundial en 2024. El desafío es escalar y consolidar. Estados Unidos no necesita
reinventar el turismo, sino reimaginarlo con valores nuevos. De la promoción
pasiva al liderazgo consciente. De la cantidad a la calidad. De la visita al
vínculo.
Como
periodistas, viajeros y ciudadanos, tenemos la responsabilidad de convertirnos
en aliados permanentes del turismo responsable. Porque cuidar lo que amamos es
la única forma de asegurar que otros también puedan amarlo en el futuro.
Estados
Unidos aún no tiene un modelo único de turismo sostenible, pero está
construyendo basado en colaboración, innovación y diversidad. Desde el gobierno
hasta las comunidades, pasando por eventos como IPW y entidades como la U.S.
Travel Association, se está forjando un camino que integra economía, cultura,
medioambiente y bienestar. En un país tan vasto y diverso, el turismo
sostenible no es solo una estrategia: es un acto de responsabilidad
nacional.
Como lo
propone el nuevo modelo de Periodismo con Propósito que hemos desarrollado en
la Fundación Periodismo con Propósito, es esencial comunicar estos procesos con
enfoque constructivo, visibilizando a los actores que están transformando sus
territorios a través del turismo. Viajar con conciencia, elegir con propósito,
promover el respeto: así se construye el nuevo relato del turismo
estadounidense.
Estados
Unidos, ¡tiene la oportunidad de ser referente global en turismo con impacto
positivo!
Viajar con
sentido, informar con ética, transformar con propósito: ese es el camino.