Por: José Ballesteros
«La Capital del Entretenimiento Mundial», «La Ciudad del Pecado» o «La
Capital de las Segundas Oportunidades», cualquiera de estas tres denominaciones
conducen al mismo lugar: A Las Vegas, la ciudad más grande
del Estado de Nevada en los Estados Unidos.
Catalogado como uno de los principales destinos turísticos del mundo,
gracias a sus zonas comerciales y vacacionales, a sus atractivos casinos, sus
modernos y temáticos hoteles, sus coloridos y musicales espectáculos, y el
permanente desfile de artistas de talla internacional, donde el desierto que lo
circunda llena sus calles de calurosa emoción sin espacio para el aburrimiento.
Con todas estas condiciones, ese rótulo de la capital mundial del entretenimiento se ajusta plenamente a Las Vegas,
un lugar que más que una ciudad es un
verdadero parque de atracciones para
adultos, en el que año tras año crece más el número de turistas en busca
diversión y de poner a prueba su buena suerte.
Con sólo llegar en el avión al Aeropuerto Internacional McCarran, ubicado a
8 kilómetros del centro financiero de Las Vegas, el turista ya
tiene en su retina lo desértico, caluroso, especial y diferente de este lugar, donde el gran desierto del
Estado de Nevada sirve de antesala a las innumerables máquinas y casinos de la
también llamada “Ciudad del Juego”.
No es raro en Las Vegas toparse en algún
lugar con artistas y cantantes de reconocida trayectoria mundial, quienes
fácilmente después de estar en un centro comercial, sitio turístico o incluso
en una mesa de juego desafiando a la suerte, se pueden subir a un escenario para
brindarle al visitante, en medio de emplumadas bailarinas, uno de sus mejores
conciertos.
La imagen glamurosa de la ciudad la ha convertido en el escenario de
diversas películas y series de televisión, de cuatro eventos de Miss Universo y
en el ring de los mejores combates del boxeo mundial y profesional.
Por esta calurosa ciudad, donde no existe horario para la diversión,
pues sus 24 horas no diferencian el día de la noche, es claro que la clase y el
caché, los juegos de azar, la rumba, la buena música y la chicas siempre están
al orden del día, en una luminosa urbe que por su sobrenombre de “Ciudad del
Pecado” por el juego y las apuestas legales, siempre le recuerda a sus
visitantes que “lo que pasa en Las Vegas,
se queda en Las Vegas”.
Un poco de historia
El nombre
de Las Vegas se lo dio el español Antonio Armijo por los manantiales que creaban
extensas áreas verdes que contrastaban con el desierto que las rodeaba. Para
1844, cuando el territorio aún formaba parte de México,
fue el oficial y explorador del ejército estadounidense, John C. Frémont,
quien recorrió sus extensos valles.
Hacia el
año 1855,
cuando Las Vegas se anexó oficialmente a los Estados Unidos, fue un grupo de 30
misioneros mormones
los que llegaron a la zona para convertir a la población india, quienes dos
años después abandonaron la zona ante el rechazo de sus enseñanzas.
Sin
embargo, en 1864
el ejército construyó el Fuerte Baker, mientras que para inicios del siglo
veinte los manantiales fueron canalizados hacia la ciudad, quedando Las Vegas
provista de una fuente de agua corriente y permitiendo que la ciudad se convirtiera
en una obligatoria parada de los trenes que cubrían la ruta entre Los Ángeles
en California y Albuquerque en Nuevo México.
Con la legalización del juego en el año 1931, Las Vegas inició su
fama mundial y fue diez años después cuando se iniciaron las construcciones de
los grandes hoteles que incorporaban casinos de juego, sitios de diversión que
en sus inicios fueron acusados de invertir dineros procedentes de los
sindicatos del crimen y que también recibieron la influencia de los cubanos
expulsados de su país tras el derrocamiento del Presidente Batista.
A partir de la década del cincuenta, la actividad musical fue
incorporada a la oferta de atracciones de la ciudad, siendo el sitio predilecto
de artistas como Elvis Presley, Frank Sinatra
y Tom Jones, quienes sin necesidad de hacer
fatigosas giras atraían al público. En tiempos recientes, esa tradición la han
continuado estrellas de la talla de Cher, Céline Dion y Sheena Easton.
Sin embargo, fue en 1989, con la apertura del The Mirage, cuando se inició la etapa de
evolución de la ciudad, alejando la diversión del centro hacia la zona conocida
como Las Vegas Strip, generando con
ello todo un proceso de consolidación de lo que hoy es la Ciudad del
Entretenimiento en el mundo.